Un piso, cuatro paredes, solamente dos personajes: la anciana Olvido, de memoria escurridiza y vida solitaria, y una chica joven y dicharachera que viene a limpiar y a ayudarla de vez en cuando. También un gato que habla, haikus llenos de belleza, una visera y miles de sigilosas hormigas. La soledad, el desvanecimiento de los recuerdos, el deseo en las personas mayores, la demencia, el aislamiento, la enfermedad, la impotencia, la ira extrema ante la levedad, ante la decadencia.